-= LoCoLoGíA =-

miércoles, agosto 09, 2006

Reflexión bañil

Existe un momento distinto en la dinámica natural del baño. Un punto de inflexión en el status quo sanitario. Hay un momento en el que el shampoo se acaba y hay que reemplazarlo por otro. Ese instante, tan pequeño como uno quiera (tan infinito) es hogar de dos potes de promesa espumante. Uno no puede evitar ver al invertido y vacío saliente y pensar en la soledad que está atravesando. Está a punto de pasar de ser algo fundamental en el baño, casi la estrella principal, a ser solo un poco más de desperdicio biodegradable. Mientras intenta darme su última gota recuerdo esa vez que me dejó el pelo tan limpio y tengo la seguridad que nadie lo va a mejorar. Casi con desprecio el nuevo emnvase, con nuevos colores y una modernidad prometedora, se ubica a su lado, desafiante. Y hay un último momento de despedida que no puedo enfrentar. Y dejo que se vaya yo sin saber su dirección. Se que la próxima vez que el agua moje mi cuerpo no será él quién irrite mis ojos y reseque mi piel. Así y todo, no me puedo despedir.
La próxima vez que estés bajo esta situación, no olvides mirarlo y agradecerle su invariable servicio.

:D

hoy hice un llamado que me puso contento :)

sábado, agosto 05, 2006

Irreal


hoy me toca pedirte perdon
tantas veces te detesté. Quise que no existieras, te juzgué de egoista por solo traerme al mundo para burlarte de mi.
Hoy es el día en el que quiero dejar que me mires como ese estúpido que solo recorre tus caminos y te ve y observa tu superficialidad. Y deja que creas que en mi vida solo existe ese caminar y por esa vereda. Te pido perdon por solo mirar tu alrededor desde los ojos de la posesión. Porque en la desposesión terminas encontrando la vida y los valores.
Quiero que sepas que durante tanto tiempo nada me importó. Que reconozco mis problemas como vagas trivialidades. Que me preocupo por si la ropa me queda bien. Si estoy o no gordo. Si tal chica me mira o no. Por estas estupideces, al tocar tu suelo, me siento pésimo. Realmente lo tengo todo. No veo en mí ninguna carencia real. Y sin embargo vos tampoco tenés lo que a mí me falta.
Será que la única salida posible es que yo produzca para los dos? Será que realmente ninguno de los dos tiene nada y solo yo puedo hacer algo. Tanto para vos como para mí.
Cuántos viven en ese letargo mental, temerosos de salir y actuar. Pensando que una terapia psicológica te va a guiar en el camino de salida. Cuando la realidad está tanto más cerca... Al menos doy fe que al menos uno hay.
Lo más probable es que cuando termine de escribir esto, nada en mí haya cambiado. Pero ahora sabés, que por un instante, me reconocí en vos. Me sentí parte de tus carencias y dentro del marco de soluciones.
Esto es un poco del mea culpa que hago y del que espero que el eventual lector de esto interprete.
besos. y perdón.

redactado despues de ver: Deuda - de Jorge Lanata (el golpe bajo es efectivo)